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Resumen
Abstract
Introducción
Resultados
Conclusión
Referencias
1Juan Carlos Nuñez-Díquez. 1Médico Anestesiólogo cardiovascular. Experto en Manejo de la vía aérea y ultrasonido pulmonar y vía aérea. Presidente del Capítulo de Manejo e Investigación de la vía aérea de la Sociedad Venezolana de Anestesiología.
Anestesia en México 2025;37(2):
Fecha de recepción enero 2025, fecha de revisión febrero 2025, fecha de publicación marzo 2025. nunezdiquezjc@gmail.com
Palabras clave: Omega epiglotitis, vía aérea, videolaringoscopio.
Abstract
Keywords: Omega, epiglotis, vía aérea, Videolaringoscópio.
Una vez en la sala de operaciones, se procedió a colocar al paciente en posición de rampa con la ayuda de varias cobijas enrolladas. Posterior a la preoxigenación y la inducción con propofol, remifentanilo y bromuro de rocuronio, se realizó videolaringoscopía con dispositivo C-MAC D Blade (Storz®), evidenciándose una epiglotis en forma de omega (OSE), con cuerdas vocales visualizadas sin inconvenientes. Seguidamente, la intubación traqueal se realizó utilizando un tubo convencional 8.0 con balón. La anestesia se mantuvo con sevoflurano y balanceada con remifentanilo, se ventiló al paciente en modo controlado por presión. La emergencia anestésica transcurrió sin incidentes.
Introducción
Por lo cual, los cambios anatómicos de la epiglotis deben servir como una advertencia para el manejo de una VA potencialmente difícil, es decir, durante la ventilación con mascarilla facial o durante la intubación/extubación traqueal. En la evaluación anestésica preoperatoria se debe incluir la investigación de síntomas sugestivos de obstrucción intermitente de la VA y, si es posible, complementarla con la evaluación por imágenes (RMN o tomografía axial computarizada de la cabeza y el cuello).
Históricamente, la OSE se asocia con laringomalacia pediátrica y, ocasionalmente, con la apnea obstructiva del sueño en adultos. Sin embargo, muchos pacientes suelen ser asintomáticos. Se desconoce la incidencia de OSE detectada durante las intubaciones en adultos, pero no es un hallazgo raro y los médicos especialistas en manejo de la vía aérea deben anticiparlo porque puede dificultar la ventilación con mascarilla y la intubación traqueal.
Suele presentarse en pacientes con sospecha de SAHOS, por lo que en la consulta anestésica debe incluirse una evaluación sistemática para lograr su identificación y poder prepararnos para un manejo exitoso de la vía aérea en el transoperatorio.
Uno de estos instrumentos es el cuestionario STOP-BANG, diseñado inicialmente para la evaluación de pacientes quirúrgicos y posteriormente validado en diferentes poblaciones. La Sociedad Americana de Anestesia Ambulatoria (SAMBA) lo recomienda como herramienta de selección o descarte para cirugías ambulatorias. El cuestionario consta de 8 preguntas que se pueden abordar fácilmente en la consulta anestésica, y se asigna un punto por cada respuesta afirmativa, resultando en un puntaje que varía entre 0 y 8.
Una puntuación STOP-BANG de 0 a 2 indica un bajo riesgo de SAHOS, mientras que una puntuación de 3 a 4 señala un riesgo intermedio, y una puntuación de 5 a 8 sugiere una alta probabilidad de SAHOS moderado o severo. Este cuestionario presenta una sensibilidad muy alta: 93 % para SAHOS moderado y 100 % para SAHOS severo. Además, su valor predictivo negativo es notable, con un 90 % para SAHOS moderado y 100 % para SAHOS severo, aunque su especificidad se sitúa en 56 %.
Otra herramienta de selección o descarte es el cuestionario de la Sociedad Americana de Anestesia, que incluye una lista de 16 ítems categorizados por características físicas, síntomas y quejas. Si hay dos o más ítems positivos en las categorías 1 o 2, se considera que esa categoría es positiva. Si uno o más ítems en la categoría tres son positivos, esta categoría también se considera positiva. Un alto riesgo de SAHOS se establece cuando dos o más categorías son positivas. La sensibilidad de este método es un poco inferior a la del STOP-BANG, alcanzando aproximadamente el 80 % para moderado y el 87 % para SAHOS severo. La Asociación Americana de Anestesia (AAS) lo recomienda en su guía de manejo anestésico para la evaluación preoperatoria de pacientes con SAHOS.
1. Posicionamiento: La posición semisentada o en rampa mejora la ventilación con máscara y la visualización de la glotis. El posicionamiento del paciente obeso en posición de rampa es una técnica recomendada para optimizar el manejo de la VA durante la anestesia. Facilita la visualización en pacientes obesos, reduce la obstrucción de la vía aérea previniendo la caída de la lengua y el tejido blando hacia atrás, lo cual es un riesgo en pacientes obesos que tienen un mayor volumen de tejido en la región cervical. Esto minimiza la obstrucción de la vía aérea y mejora la ventilación. Por otro lado, aumenta la capacidad pulmonar y mejora la presión arterial y la oxigenación. Con lo anterior se busca disminuir el riesgo de complicaciones asociadas con el manejo de la vía aérea en estos pacientes, como el trauma, la hipoxia y la aspiración.
2. Oxígeno suplementario con máscara facial o alto flujo: La preoxigenación en adultos obesos antes de la inducción de la anestesia general demostró ser más efectiva, en términos de tiempo de apnea segura, cuando se utilizó oxígeno nasal de alto flujo con los pacientes en posición de cabeza erguida o en rampa, en comparación con el uso exclusivo de mascarilla facial. Además, el oxígeno nasal de alto flujo en posición erguida probablemente sea la técnica más eficaz para extender el tiempo de apnea segura en esta población. Por lo tanto, los médicos deben considerar incorporar esta técnica y la posición del paciente en su práctica habitual.
2. Videolaringoscópio: Ofrece una mejor visualización y puede reducir la necesidad de una manipulación agresiva, disminuyendo así el riesgo de complicaciones. La visión glótica y la tasa de éxito en el primer intento son superiores con las hojas de videolaringoscopio hiperanguladas en comparación con las hojas de Macintosh cuando las utilizaron anestesiólogos experimentados en pacientes con vías aéreas difíciles.
3. Intubación con fibra óptica: En estos casos de anatomía distorsionada como la deformidad de la epiglotis, con la ayuda del fibroscopio podemos visualizar la glotis y epiglotis, mientras el paciente se encuentra en estado vigil y alerta, incluso terminar de manejar la vía aérea completando la introducción del dispositivo y del tubo adecuado en la tráquea.
4. Dispositivos supraglóticos: Estos dispositivos pueden proporcionar asistencia ventilatoria temporal mientras se prepara para un manejo definitivo de la vía aérea.
5. Intubación de emergencia o acceso frontal al cuello: En casos de intubación fallida, puede ser necesaria una vía aérea quirúrgica, como la cricotirotomía.
1. Levantar directamente la epiglotis: esto proporciona acceso directo a la laringe.
2. Usar una hoja recta: las hojas rectas, como la hoja Miller, son más efectivas que las hojas curvas para levantar la epiglotis en bebés y niños pequeños.
3. Siguiendo las guías conjuntas de la Sociedad Europea de Anestesiología y Cuidados Intensivos y el British Journal of Anaesthesia del 2024 para el manejo de la VA en neonatos y lactantes: se recomienda el uso de un videolaringoscópio con una pala estándar adaptada a la edad (Macintosh o Miller) como primera opción para la intubación traqueal de neonatos y lactantes, incluso para la intubación traqueal en posición lateral. Los videolaringoscopios hiperangulados (no estándar) son a menudo superiores para visualizar la glotis cuando las palas de forma convencional (estándar) fallan.
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